ANTECEDENTES  (para más información véase: Espadaler, X. Bernal, V. y Rojo, M. 2006a.)

A finales de la década de los 90, se detectaron daños producidos en las panas de los alcornoques y que afectaban en mayor o menor medida a un 30 % de los árboles. Anteriormente, a principios de los 80, ya  se habían  observado daños durante la saca, o extracción de las panas de corcho, producidos por una hormiga no identificada. En un alcornocal de las Guilleries, en Sant Hilari Sacalm, durante la primavera del 2001, mientras se realizaba el rayado de las panas se observaron daños considerables producidos por dicha hormiga, lo que indujo a llevar a cabo algunos intentos de control, basados en la eliminación de parte del bornizo  y posterior aplicación de insecticida, sin obtener resultados satisfactorios.

El problema generado se expuso en un hoja informativa (Espadaler y Rojo, 2002) , publicada a través del Centre de la Propietat Forestal (CPF), que pretendía la participación de los propietarios en la detección en sus respectivas fincas de la presencia de esta nueva plaga. Como resultado se denunció en tres localidades más: Agullana, La Vajol y  Santa Coloma de Farners.

 

SÍNTOMAS Y DAÑOS 

Aunque suele infestar árboles en bosques europeos, nunca antes había estado relacionada con daños en explotaciones del alcornoque. A nivel forestal, tan sólo destacaba  la hormiga Crematogaster scutellaris, bien conocida por el personal dedicado a la saca del corcho, pero que en cualquier caso, nunca ha sido considerada como plaga. En el caso de L. brunneus, sin embargo, sí se la ha considerado una plaga doméstica en el Reino Unido, entrando en las casas en busca de alimento (Green y Kane, 1958; Kane y Tyler, 1958).


En el alcornoque, las panas de corcho quedan afectadas con la construcción de galerías y nidos por parte de L. brunneus. Éstas cavidades generan dificultades durante la extracción, quedando adheridas porciones de corcho, de forma redondeada, que no despegan durante dicha actividad y que corresponden al espacio ocupado por las hormigas. Una vez pelados, la capa generatriz vuelve a producir corcho, que llevará  esos fragmentos no despegados y que constituyen verdaderos indicadores de una infestación pasada y la posterior pela de las panas afectadas. Estas
manchas del antiguo corcho no evidencian, sin embargo, que la hormiga siga presente en el árbol actualmente; sí lo indica, en cambio, la presencia de serrín en el rayado de las panas o en cualquier rendija, que actúa como protección del exterior y fundamentalmente de la luz para las hormigas.

En el caso de que estén presentes, pueden encontrarse tanto en el árbol como en el suelo, en la zona alrededor de la base del mismo.

La actividad de la hormiga en el corcho lo deteriora, devaluando su valor comercial, además de hacer más difícil la extracción de las panas, al no despegar éstas correctamente.

Aspecto del corcho degradado por la hormiga.

En resumen, a la hora de detectar si un árbol está o no infestado por la hormiga, podemos basarnos en dos marcadores, además lógicamente de la presencia directa durante la saca de las panas, que indican la presencia pasada o presente de la hormiga:

        a) Infestación pasada: un árbol infestado y pelado presentará una serie de manchas de corcho, delgado y diferente del nuevo que crece,

        b) Infestación presente: un árbol con hormiga actualmente, será evidenciado por la presencia de serrín, normalmente siguiendo la vertical de las rayas. 

Es necesario, no confundir este serrín, con los excrementos de milpiés, de tamaño mayor y forma más regular.
 

De manera general, la intensidad del ataque de L. brunneus  es variable, con valores que oscilan entre un 12.5% en Agullana a un 56.5% en La Vajol. Dicha variabilidad no sólo se da entre localidades, sino también dentro de una misma zona. Sin distinción de las localidades estudiadas, podríamos hablar de una media de ataque actual del 27.72%.

Localidad (comarca)

% Infestación actual (rango)

% Infestación pasada (rango)

Árboles (parcelas estudiadas)

Altitud (m) (rango)

Agullana (Alt Empordà)

12.5 (4-22)

16.3 (6-26)

404 (3)

440-525

La Vajol (Alt Empordà)

56.5 (30-92)

28.6 (14-37)

294 (5)

520-620

Sant Hilari Sacalm (La Selva)

24.5 (10-45)

18.7 (8-28)

757 (6)

730-865

Santa Coloma (La Selva)

17.5 (9-27)

8.6 (0-23)

382 (5)

360-630

Localidades estudiadas y grado de infestación (actual y pasado; % árboles atacados) por Lasius brunneus. Para cada localidad se estudiaron varias parcelas, situadas en la misma o en distintas fincas.

 


Autores: Xavier Espadaler  (Xavier.Espadaler@uab.es) y Víctor Bernal (v.bernal@creaf.uab.es).